Esta publicación está inspirada en una entrevista que nos hicieron hace poco para el podcast La Caja de Viajes. Hemos querido extraer una de las reflexiones que se fue repitiendo durante la charla y profundizar un poco más en ella. ¿Dejará gente fuera la adopción de la tecnología blockchain? ¿Será una tecnología más inclusiva o continuará dividiendo a nuestra sociedad?
Nosotros no tenemos la respuesta, probablemente nadie la tenga. Queremos que este contenido nos sirva más bien como un ejercicio de pensamiento crítico para ponerle foco a lo que tenemos que hacer para asegurarnos que esta tecnología sea más inclusiva y nos ayude a construir una sociedad más justa e igualitaria.
¿Qué es la inclusión y por qué nos debería importar?
La inclusión es la posibilidad de permitir a una persona ser aceptada y participar en un grupo, permitiéndole aportar sus propias habilidades y ser beneficiada por las de otros. La inclusión valora y respeta las capacidades, habilidades, conocimientos y experiencias de todxs. Es una plataforma que permite a las personas acceder a las mismas oportunidades sin olvidar ni dejar de lado sus diferencias, entendiendo que la diversidad nos enriquece.
Construir un mundo inclusivo es importante porque en la diversidad vive la creatividad. Nos enfrentamos continuamente a nuevos desafíos, vivimos en un mundo altamente volátil e incierto, los más grandes retos de nuestra sociedad solo pueden ser vencidos si los atacamos desde distintas perspectivas, aportando miradas diversas y trabajando en equipo, todxs juntos como sociedad.
¿Cuál es el estado de la inclusión tecnológica hoy en día?
La inclusión tecnológica tiene como objetivo la democratización en tecnologías de la información y la comunicación, con la finalidad de que los usuarios obtengan los beneficios y ventajas de utilizarlas, poniendo el foco especialmente en grupos minoritarios como usuarios con discapacidades, y personas de bajos recursos económicos.
Según el informe Digital 2022 realizado por We Are Social y Hootsuite, el número de usuarios de internet en el mundo alcanzó los 4,950 millones de personas, lo cual representa el 62,5% de la población mundial.
Los usuarios de internet en dispositivos móviles alcanzaron al 67,1% de la población, está claro que los dispositivos móviles han aumentado el acceso a internet a gran parte de la población. En la imagen de abajo podemos ver la explosión en crecimiento de usuarios en internet a principios de la década del 2010, de la mano del boom de los smartphones.
En cuanto al uso de internet según ubicación geográfica, podemos ver claramente que las zonas con un mayor % de población conectada son Norte América y Europa. Mientras que África, Asia y Latino América son las zonas con un menor % de población conectada. Es de esperar que exista menos conectividad en zonas rurales o de bajos ingresos, por ello los países en vía de desarrollo se ven más afectados.
La exclusión social tecnológica se debe a dos tipos de desigualdades. Las “desigualdades estructurales” como la conexión a internet, infraestructura, acceso a tecnologías de comunicación, coste de dispositivos y otros activos tangibles que limitan el acceso a un grupo de personas.
Por otro lado están las “desigualdades blandas” que son la falta de conocimientos, habilidades y oportunidades que impiden que parte de la población participe en el entorno digital.
Son en estas desigualdades blandas en las que podemos incidir las empresas y los “ciudadanos de a pie”. Por ejemplo, en nuestra entrevista con Montse Vivero aprendimos mucho acerca de cómo hacer nuestras webs y redes sociales más accesibles para personas con discapacidades auditivas, invidentes y demás tipos de discapacidades.
Es interesante también ver que algunas de las regiones menos conectadas son también aquellas que suelen tener un régimen de gobierno totalitario. La conexión a internet se ha convertido en un desafío geopolítico. Hay muchos territorios en los cuales los gobiernos prefieren controlar la información que los ciudadanos ven y comparten. Algunos hasta tienen un internet “cerrado”, su propia red de internet.
¿Qué papel tiene la tecnología blockchain en la inclusión?
Para empezar, es importante resaltar que en comparación con la cantidad de usuarios de internet, en cuanto a usuarios blockchain actualmente nos encontramos como si estuviésemos en internet a finales de los 90. Es decir etapas muy tempranas.
Según el informe “Crypto Market Sizing” de Crypto.com:
- Durante el 2021 la cantidad de usuarios de blockchain y criptomonedas aumentó un 178%, llegando a los 295 millones de usuarios en diciembre 2021.
Según Internet World Stats, en 1999 habían 248 millones de usuarios en internet. - El informe pronostica que la cantidad de usuarios de blockchain superará los mil millones para finales del 2022. Lo cual nos pondría a nivel del año 2005 en cuanto a usuarios de internet. Un salto brutal.
En cuanto a inclusión, uno de los papeles principales de la tecnología blockchain es la inclusión financiera.
El Global Findex Database, en un estudio publicado en Fintech Times en Marzo 2021, resalta que 1.7 billones de personas alrededor del mundo no pueden acceder a servicios financieros lo cual representa alrededor del 25% de la población.
Esto demuestra un gran fallo en inclusividad en nuestro sistema actual. Es la realidad de hoy en día. Casi 1 de cada 4 personas en el mundo está desbancarizada.
Recordemos que gran parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas hacen referencia a la inclusión financiera como habilitadora de desarrollo y sostenibilidad.
Proporcionar una infraestructura financiera para los no bancarizados está lleno de riesgos para muchos bancos. Los costes asociados son altos y no hay garantías de que habrá un retorno de las inversiones. Existen diversos estudios que identifican el potencial de la tecnología blockchain de intervenir donde los bancos temen arriesgarse. Blockchain puede ser la mejor esperanza actual para llevar la inclusión financiera a partes del mundo donde la noción de una infraestructura financiera es inexistente.
Bitcoin por ejemplo, es una infraestructura descentralizada que opera 24/7, sin necesidad de un tercero de confianza (banco o institución financiera). Es digital, programable, fraccionable, altamente líquido e intercambiable más allá de cualquier frontera territorial.
El sistema financiero, actualmente regido por bancos e instituciones, pone distintos tipos de barreras a sus usuarios de acceso al sistema; tener recibos de servicios a tu nombre, acreditar tu domicilio, demostrar que tienes un trabajo y origen de fondos, demostrar tu reputación crediticia, entre otras. Blockchain y las criptomonedas en cambio no responden a estas barreras tradicionales y representan una herramienta más democrática y plural para resguardar e intercambiar activos.
La ONG Internacional Human Right Foundation define Bitcoin como “Herramienta en defensa de los Derechos humanos y opresión estatal.” Las ventajas que representa frente al sistema tradicional en cuanto a privacidad, libre acceso y resistencia a censura otorgan un gran poder a esta tecnología. No es casualidad que territorios con una gran adopción sean países como Venezuela, Argentina, Senegal y Angola donde existe una fuerte inestabilidad económica, restricciones al libre intercambio y persecuciones políticas.
Blockchain nos otorga una infraestructura de confianza e intercambio de valor que no distingue de edad, sexo, raza, religión o clase política, que vá más allá de las instituciones que tradicionalmente han sido la autoridad e impuesto las reglas de acceso y de juego, reglas que han supuesto barreras para grupos minoritarios y marginados.
Como ejemplo tenemos a la empresa EthicHub que a través de la red blockchain conecta a pequeñas comunidades agricultoras de diversas partes del mundo, muchas de ellas desbancarizadas, sin acceso a crédito ni préstamos formales, con inversores en países más desarrollados, que desean generar un impacto social invirtiendo en los proyectos agricultores o comprando sus productos.
Las características y funcionalidades clave bajo las cuales son creadas las redes blockchain; inmutabilidad, transparencia, seguridad y descentralización, pueden definitivamente ayudarnos a superar muchos retos de nuestra actualidad.
Aún queda mucho por hacer para tener una blockchain más inclusiva, democrática y plural. Para que ello suceda creemos que en estas etapas iniciales es muy importante ponerle foco a la educación, financiera y digital, para abrir nuevos horizontes y derribar las actuales barreras.
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